Torreón, Coah; 11 abril 2014.- Para precisar hasta dónde es la injerencia del municipio en el control de las licencias de alcoholes y la expedición de permisos que debido a una reforma quedó extinta, los regidores de la comisión de Inspección, Verificación y Protección Civil del cabildo retomarán el estudio de la ley que regula estos giros comerciales.
Así lo acordaron durante la sexta reunión de comisión en la que se autorizó los dictámenes aprobatorios de doce cambios de domicilio y denominación, de licencias que en su mayoría fueron otorgadas en comodato por la desaparecida empresa JV a las tiendas “7 Eleven”, así como para el restaurante Las Alitas del mall Galerías.
También se dio visto bueno para tres nuevas certificaciones de licencia a los recién construidos centros comerciales Bodega Aurrerá, HB y Al Super ubicados al oriente y suroriente de la ciudad que conjuntamente con importantes inversiones están generando empleo. Estas quedan sujetas al criterio general del cabildo.
En la reunión de la comisión, encabezada por el regidor Gerardo Alba Castillo, se consideró la necesidad urgente de crear un reglamento conforme a lo establecido en el artículo 38 de la ley estatal que norma esta actividad y que precisa el ordenamiento de expedir y crear los reglamentos y leyes de regulación de la misma, lo cual puede ayudar a sacar del “limbo” la probable omisión de los permisos provisionales, mismos que se otorgaban de manera común mientras era liberada la licencia nueva a inversionistas.
Suponen que por la inseguridad y el hecho de que hubo negocios que se manejaban durante todo un año con ese uso de permisos provisionales, se optó por desaparecerlos, ignorando sin embargo, el hecho de que hay eventos que históricamente sólo ocurren por un día, como es el caso de los festejos de aniversario de ejidos, peleas de box, lucha libre, futbol rápido o bailes populares que carecen de una licencia definitiva.
Plantearon también la necesidad de que la participación de la policía preventiva sea sólo a petición del área responsable de supervisar el funcionamiento de tales negocios, a fin de reducir los actos de corrupción en que se incurre favoreciendo el clandestinaje e ignorando las disposiciones de autoridad a cambio de dádivas que acaban convirtiéndose en obligación a favor de los solapa.
Se trata, remarcaron, de una cuestión de orden que incluso puede ir más allá, pues el entrar en el estudio de la ley que rige la venta de licores, puede retomarse igualmente la obligación de contar con precisión del padrón actual pues les resulta ilógica la aparición de un gran número de negocios que ofrecen productos embriagantes y por ahora prácticamente sólo los 7 Eleven están en promoción legal de cambio de domicilio y giros.
