Torreón, Coah; 24 mayo 2022.- El principal objetivo de una buena nutrición y llevar a cabo una dieta saludable es proporcionarle a nuestro organismo los nutrientes necesarios para su crecimiento y correcto funcionamiento. Entre los cuales se incluyen: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
Durante la presencia del embarazo se le suma importancia a la nutrición puesto que nuestro cuerpo va a requerir mayores dosis de todos los nutrimentos. Al inicio de la gestación comienzan una serie de procesos fisiológicos, bioquímicos y metabólicos que requieren el incremento de las demandas nutricias.
Las necesidades especiales que se destacan durante el embarazo son:
- Ácido fólico: ayuda a prevenir defectos congénitos del feto. Antes del embarazo se recomiendan 400 microgramos por día, durante el embarazo y la lactancia la dosis aumenta a 600 microgramos al día.
- Hierro: importante para el crecimiento y desarrollo cerebral del bebé. Se sugiere una dosis de 27 miligramos al día.
- Calcio: reduce el riesgo de preclamsia. Se recomiendan 1000 miligramos por día.
- Vitamina D: junto con el calcio ayuda a formar los huesos y dientes del bebé.
Las necesidades oscilan de 27 – 30 miligramos al día.
Por otra parte, se recomienda evitar el consumo de alcohol, mariscos o demasiada cafeína.
Es importante destacar que, dependiendo del estado y valoración nutricional de la paciente, así como su talla o composición corporal se tomará en cuenta el peso total que deberá subir durante la gestación. Sin embargo, según la OMS las pacientes sanas deberían ganar entre 10 y 14 kilogramos.
El plan nutricional debe ser individualizado, tomando en cuenta sus necesidades energéticas y el incremento de calorías en cada etapa dependerá de su diagnóstico. Esto con la finalidad de cumplir las necesidades nutricias de la mujer y satisfacer las demandas del bebé, asegurando la salud de ambos, culminando en un parto seguro.
Una buena alimentación proporcionará bienestar a la madre y al bebé, que a su vez va a garantizar el consumo adecuado de las necesidades energéticas y nutrimentales, evitando que haya un déficit de nutrientes que como consecuencia desencadene complicaciones de salud.
Una dieta suficiente y equilibrada será el sostén principal para un embarazo saludable y exitoso.
Por lo tanto, es de suma importancia el trabajo de un profesional de la salud para el seguimiento nutricional desde el inicio hasta el final e inclusive las etapas posteriores al parto. Entre ellas se destacan la recuperación del peso adecuado de manera saludable y también la introducción a la ablactación del bebé en las cuales la presencia de un nutriólogo es indispensable.
-Alexandra Hdz. Tovar.
Nutrióloga y Entrenadora.
