Julián Parra Ibarra
Allá sí y aquí no
En Ramos Arizpe, desde su campaña electoral, el actual alcalde Ricardo Aguirre se comprometió a que al llegar al poder, rescindiría el contrato con Agsal; tenía la intención de crear un Consejo ciudadano para un organismo de carácter 100 por ciento social. Llegó, vio, actuó, y el pasado 10 de abril su nuevo organismo –denominado Compara-, cumplió un año ya de estar en funcionamiento con los mejores resultados.
Y de pronto acá en La Laguna uno se pregunta ¿Por qué allá sí se puede y aquí no? Me explico: en Torreón el Simas anunció recientemente la rescisión del contrato con la empresa Ecoagua –que desde la firma del contrato a la fecha ha pasado ya por varias manos-, que le permite venir operando la Planta Tratadora de Aguas Residuales, por violar la reglamentación vigente en materia de medio ambiente, el incumplimiento de la calidad del agua tratada, amén de una serie de irregularidades.
Que la entreguen
El Municipio le exigió a la empresa la entrega inmediata de las instalaciones de la planta. Ecoagua se amparó, el Juzgado Tercero de Distrito en La Laguna le había rechazado la suspensión provisional, por lo que acudieron recurrir al Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito para llevar un recurso de queja, y éste echó abajo la resolución del primero, al conceder a la empresa Ecoagua la suspensión provisional de los actos reclamados.
El caso no está todavía concluido, ya que el expediente ha sido turnado al Juez Tercero de Distrito en La Laguna, pero en calidad de mientras han hecho tragar saliva a los promoventes. ¿Por qué allá las autoridades sí pueden rescindir los contratos y acá no? ¿Será caso que en Ramos Arizpe su jurídico presentó mejor sustentado el juicio que terminó por ganarle a Agsal, y acá hay más impreparación al respecto?
No es la primera
Llama la atención sobre todo porque no es la primera vez que el Municipio de Torreón se topa con piedra al momento de querer deshacer contratos que en su momento fueron considerados como leoninos, como el firmado con Pasa por primera vez en la administración del finado Mariano López Mercado, y que tan cuestionado fue sobre todo por los panistas que luego tuvieron dos administraciones de cuatro años cada una, más otra de tres, y nomás no pudieron echarlo para atrás.
Durante la pasada administración -la del nefasto Eduardo Olmos- se intentó rescindir el contrato con la empresa encargada de la recolección de basura, pero ésta les ganó en los tribunales y nomás no pudieron hacerle nada, por lo que la concesionaria sigue operando hasta nuestros días ¿Por qué allá sí y aquí no pueden?
Pocas nueces
Pues resulta que la telenovela del ‘Korenfeld lagunero’ tuvo un final inesperado, porque esperaban una sanción más severa que llegara incuso a su cese, pero no, resulta que a Alberto Porragas, titular de la Unidad de Protección Civil de Torreón le salió muy barato, regalado, el haber hecho uso indebido de los recursos del municipio para cuestiones personales, al utilizar un vehículo oficial para realizar un viaje a Parras de la Fuente el domingo 5 de abril.
El contralor municipal, Javier Lechuga, concluyó que el caso está cerrado: Porragas no uso el vehículo más de tres horas, no estaba de vacaciones y tuvo una urgencia, por lo que pagó una multa de mil 842 pesos que cubren la gasolina y la depreciación de la camioneta, fue suspendido una semana sin goce de sueldo –ya sería el colmo si fuera con goce de sueldo, sería premiarlo por la gracia que hizo-, y colorín colorado, este cuento…no debe de terminar.
El mensaje
En esta metida de pata, y como se resolvió el hecho, quien puede resultar más afectado en su imagen pública no es Porragas, sino el alcalde Miguel Ángel Riquelme, quien es la figura más encaminada a obtener la candidatura del PRI para contender por la gubernatura en un par de años, y quien en el tiempo que resta para la definición del abanderado de su partido, tiene que ir dando los pasos bien calculados.
Riquelme tiene que mandar a los ciudadanos, no sólo de Torreón, sino de todo el Estado, el mensaje de un gobernante de mano firme, de intolerancia a las indisciplinas y a los abusos de sus funcionarios. No debe proyectar debilidad a la hora de tomar decisiones. La gente quiere ver gobernantes fuertes, firmes, que no les tiemble la mano.
De nada.
Twitter: @JulianParraIba
