Julián Parra Ibarra
Voz escuchada
Pocas veces sucede -aunque debiera ser una constante y no la excepción-, pero como quiera que sea es plausible la decisión que tomaron las autoridades para abrir sin bombos ni platillos, sin pirotecnia ni fotos para la publicidad pagada, de abrir a la circulación el nuevo puente que comunica la calle Falcón del lado de Torreón, con la Calzada Carlos Herrera del lado de Gómez Palacio, y que era una urgente necesidad de los ciudadanos que tienen la necesidad de cruzar entre Coahuila y Durango, por necesidades laborales, estudiantiles y hasta de esparcimiento.
El cruce entre ambas ciudades y entidades, tanto de personas como de mercancías, se había venido estrangulando de manera paulatina –y con ello la derrama económica que ello representa-, debido a diversas causas en cada uno de los puentes, y que se agudizó con el inicio de las obras del Metrobús en el lado de Torreón en las calles Ramos Arizpe y Múzquiz, que comunican con Gómez Palacio al Bulevar Alemán.
Las autoridades de ambos lados del Nazas escucharon –como debiera ser permanentemente- y entendieron las necesidades de la gente, más allá del protocolo de una ceremonia inaugural. Apremiaba la apertura del puente y así se dio. Ya habrá tiempo –si es que lo hay, si no, no pasa absolutamente nada-, para una ceremonia con los gobernadores y alcaldes de los dos lados del Nazas.
Nuevo punto de negocio
Es increíble que mejor los gobernadores hayan entendido las necesidades de la gente, como para que los elementos de la Fuerza Metropolitana del lado de Durango, hayan visto la apertura del puente como un nuevo punto de negocio, y de inmediato fueron a colocar un retén sobre el puente, reduciendo de tres a uno el número de carriles de circulación.
¿No habrá alguien que les explique que el puente se abrió para agilizar el tráfico vehicular entre Torreón y Gómez Palacio, entre Torreón y Coahuila? ¿Alguno de los mandos policiacos no tendrá la sensibilidad, el criterio y la capacidad intelectual para decirle a sus elementos que el puente se abrió para el libre tránsito de personas y mercancías, y no se les abrió a los de la Metropolitana para que inauguraran un nuevo punto de negocio?
Gobernador Aispuro Torres, ojalá ponga remedio a esta situación, porque su iniciativa, terminó siendo bateada en los hechos por los de la Fuerza Metropolitana.
Preocupante
El sábado pasado en territorio de Sonora, las policías local y federal realizaron el que es considerado como el segundo decomiso de armas más grande en la historia del país. En un doble fondo en la plataforma de un doble semirremolque, se encontraron armas largas adaptadas con lanzagranadas, armas cortas y hasta una Barret, amén de una impresionante cantidad de cargadores y cartuchos hábiles (más de 55 mil).
El vehículo en el que se transportaba el armamento partió de Tijuana y tenía como destino final la ciudad de Torreón, aquí en el estado de Coahuila, lo que resulta muy preocupante ¿Quién o quiénes eran los destinatarios? ¿Cuándo, cómo, para qué y dónde se iba a hacer uso de ese arsenal?
Como ciudadano, uno espera que –independientemente de que las armas no llegaron a su destino final- las autoridades de nuestro estado y municipio, las que están en funciones y las electas, se hayan puesto ya manos a la obra para investigar el asunto –más allá de colores y partidos, de filias y fobias-, porque más temprano que tarde otras armas sí llegarán a donde estaban destinadas las incautadas el sábado pasado ¿O usted cree que quienes realizaban la operación se desistirán porque ya les decomisaron ese arsenal?
Antes de que lo imaginemos, lo van a volver a intentar por otra u otras rutas, hasta lograr su propósito. Ojalá que haya interés y voluntad política de las autoridades locales, de investigar estos hechos y llegar al fondo para evitar que Torreón –que también es Coahuila, para quienes no lo sepan y para los que no lo quieran entender-, se vuelva a inundar de armas de ese tipo de
calibres, que no son otra cosa que sinónimo de violencia, de dolor, de sangre, de muerte.
Si la seguridad es uno de los principales temas de las autoridades de Coahuila, de las que están terminando, como de las que están por llegar, ojalá le pongan la urgente atención que el asunto requiere, con la prioridad en importancia que el pueblo necesita y se merece.