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LA PUNTA DE LA MADEJA

Julián Parra Ibarra

Extraño gen

Hay un extraño gen en el ADN de los panistas -con tendencia carnívora-, cuya reacción las más de las veces es intentar comerse a los que tiene más cerca, que por lo regular suelen ser iguales, es decir, panistas. Esta hipótesis la he compartido con más de un amigo blanquiazul, algunos de ellos que han sido dirigentes locales de su partido, y siempre me han respondido de la misma manera: sólo con una sonrisa.

Otra de las aristas que siempre he sostenido en mi hipótesis –y no lo imagino, lo he visto infinidad de ocasiones-, es que las peleas más encarnizadas políticamente hablando, no es entre panistas contra priistas, o perredistas contra panistas, o priistas contra perredistas. No. Éstas han sido entre panistas contra panistas.

Jalar la marca

Lo anterior viene a colación por al escandalito que organizó desde el sábado el senador con licencia Luis Fernando Salazar Fernández, a unas horas de que se defina la candidatura panista rumbo a la gubernatura del estado de Coahuila, y parece como si se hubiera montado en un carrito chocón: se fue contra todo lo que se movía y estaba dentro de su perímetro visual, incluyendo al líder nacional de su partido, Ricardo Anaya.

Luis Fernando es surgido del establo político de Guillermo Anaya Llamas, y hubo un momento en que se estableció entre ambos un acuerdo para que Salazar Fernández saliera a los medios, levantara la mano y dijera que él también la quería, pero en realidad se trataba de una estrategia para ‘jalar la marca’ y abrir el espacio para que Memo llegara franco a intentar meter la pelota en la portería contraria.

Aprovechando, por supuesto, los reflectores que en su condición de senador, Luis Fernando tendría a nivel nacional.

Se la creyó

Sin embargo, hubo un momento en el que el acuerdo se rompió porque alguien al estilo yucateco ‘cultivó’ a Luis Fernando, le hizo creer que él podría – y debería- ser no sólo el próximo candidato del PAN, sino el próximo gobernador de Coahuila, y lo peor de todo es que éste se la creyó todita, y se empezó a lanzar como el borras.

Los autores del ‘cultivo’ le aconsejaron también que empleara una estrategia mediática que más que simpatías, le atrajo desconfianza entre los ciudadanos. Si bien empleaba temas sensibles que están a flor de piel de los coahuilenses, los términos y volumen utilizados fue considerado por muchos como subido de decibeles que le hicieron alcanzar niveles de agresividad que la gente es lo menos que desea y espera encontrar en las campañas políticas, si lo que busca es proyectos viables para solucionar la problemática nacional y la propia de la entidad.

Selectivo

De igual forma su estrategia de medios fue solamente ir a los que él consideraba como ‘medios grandes’. El resto, no podían tener el ‘honor’ de entrevistarlo.

Así como en su momento en su calidad de delegado de la Sedesol llamó a los coahuilenses más pobres del Estado ‘Muertos de hambre’, a los que clasificaba con las siglas de ‘MDH’, los más jodidos, Salazar Fernández ha actuado en su andar en su incipiente carrera política de manera muy selectiva.

Y ‘ora p’onde

Habrá que ver en las próximas horas en que se decida la candidatura del PAN a la gubernatura de Coahuila, qué camino decide emprender Luis Fernando Salazar. Uno es disciplinarse –lo cual se ve muy difícil que ocurra- y se sume al proyecto de quien designe su partido, que le permitan seguir sumando posiciones para engrosar su currículum y algún día, ahora sí, tener los merecimientos, la capacidad, la experiencia para intentar una candidatura como la que, todo parece indicar, se le acaba de frustrar.

El otro camino es, en el mejor de los casos aplicar una política de brazos caídos, es decir no operar para nada en favor del candidato de su partido; y

en el peor de los casos operarle en contra para tratar de llenarle de piedras el camino y evitar que uno de los suyos pudiera eventualmente alcanzar la gubernatura del Estado. Éste último, pareciera ser el más viable de los caminos que emprenderá el senador con licencia, quien finalmente en los hechos pudiera hacer el ‘trabajo sucio’ y ayudar a que Coahuila se mantenga como uno de los pocos estados en los que se no se ha probado la alternancia.

Después del ‘pancho’ mediático que ha organizado, como diría el rancherito ‘y ora p’onde’.