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LA PUNTA DE LA MADEJA

Julián Parra Ibarra

Prendiendo lumbre

Conociendo la intensidad y la pasión que le imprime a cada una de las actividades que realiza, sobre todo en tratándose de actividades gubernamentales, a nadie extraña la manera como arrancó su segunda administración como alcaldesa de Gómez Palacio la señora Leticia Herrera Ale, quien al discurso, a su palabra, la ha venido acompañando con acciones, con hechos.

Dos puntos importantísimos y primordiales atacó desde el primer instante: el inicio de la construcción del colector que vendrá a ayudar a evitar las graves inundaciones que se registran en la parte norte del municipio en el sector de Filadelfia, Hamburgo, Bugambilias, y que es la parte más afectada durante las temporadas lluviosas como la reciente.

El otro, el inicio de la recuperación de la carpeta asfáltica que se encuentra en deplorables condiciones en casi todo el municipio, y en una esquina tan icónica como la de Hidalgo y Centenario, justo frente a la Plaza Principal, donde parecía zona de desastre.

Igual, dando cumplimiento a su promesa de presidencia de puertas abiertas, mandó retirar las puertas de acceso al despacho de la alcaldesa. No cabe duda, llegando y prendiendo lumbre.

Por la dignidad

Desde el discurso de su toma de posesión, Herrera Ale anticipó que su llegada por segunda ocasión a la alcaldía, significaría el inicio de la recuperación de la dignidad de Gómez Palacio, y para lograr los objetivos trazados, seguramente habrá de contar con el respaldo institucional –como los ciudadanos esperan verlos, trabajando unidos- del próximo gobierno que encabezará José Rosas Aispuro Torres.

Por cierto que en la ceremonia de la transmisión de poderes, en la mesa del presídium al centro del escenario, con los cabildos entrante y saliente a los costados, fueron ubicados en ese orden, el alcalde saliente José Miguel

Campillo Carrete, el a esa hora todavía diputado y representante del poder legislativo Juan Ávalos Méndez, el (todavía pero ya meritititito no) gobernador Jorge Herrera Caldera, la alcaldesa entrante Leticia Herrera Ale, el gobernador electo José Rosas Aispuro Torres, y el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia Apolonio Betancourt en representación del poder judicial.

Estos dos últimos no querían ni voltearse a verse pero para nada y lo que es más, en ningún momento se saludaron. Como que el uno ya sabe que es de los principales personajes que están en la mira del otro, a partir del 15 de septiembre. Y el miedo no anda en burro.

Reapareció

Por cierto quien reapareció públicamente –al menos en La Laguna- tras su derrota en las urnas el 5 de junio pasado, fue el ex candidato priista a la gubernatura y ex alcalde de Durango capital, Esteban Villegas Villarreal, quien si bien fue ubicado en primera fila a un costado de la diputada federal Rocío Rebollo Mendoza, trataba de guardar un perfil lo más bajo posible.

Sin embargo, tan visto estuvo durante la campaña, tiempo en el que se pasó más tiempo en La Laguna que en otro lado del Estado, que ya no pudo pasar desapercibido. Primero que quería que todo mundo lo conociera, y esa noche del miércoles no quería que nadie lo reconociera.

Fiel a su costumbre

Por cierto que en cascada, las ceremonias de cambio de poderes en Lerdo y en Gómez Palacio comenzaron con un retraso. En Lerdo estaba programada para iniciar a las 5:00 de la tarde, pero el (todavía, pero ya merititititito no) gobernador Jorge Herrera Caldera, llegó una hora después, y luego tenía que agotar sus 30 minutos de saltaciones como si fuera la reina de la primavera, y el acto comenzó por ahí de las 6:20 de la tarde.

En Gómez Palacio la programación indicaba a las 7:00 de la tarde, y hasta eso llegó a las 7:32. Tenía programado ir a Mapimí y lo suprimieron para que llegara temprano a Lerdo pero ni así.

Por desgracia como se movieron en un mismo vehículo, ‘arrastró’ en su retraso al gobernador electo, José Rosas Aispuro Torres, quien ojalá que subsane esa pésima costumbre de Herrera Caldera de llegar por lo menos una hora tarde a todos sus eventos, aunque su promedio a lo largo del sexenio fue de hora y media.

Y, por cierto que ya en esta gira, Herrera Caldera empezó a sentir el amargo sabor del que ya se va, porque la gente cuando llegan juntos –como ha ocurrido en muchos recientes eventos-, ya saluda y busca más al gobernador electo, y al que ya meritititito no es más el mandatario, le empiezan a aplicar la Ley del Hielo.

Bien decía Enrique Martínez y Martínez: En la política hay que estar preparados para ser, para no ser, y para dejar de ser.