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LA PUNTA DE LA MADEJA

Julián Parra Ibarra
Máxima intensidad
Al llegar a la línea de arranque de la recta final rumbo a las elecciones en las que en 12 estados del país se renovará la gubernatura este 5 de junio, partidos y candidatos han llevado –me parece- las campañas a un máximo de intensidad, aunque el cierre tendrá que ser todavía más belicoso, al igual que el día de los comicios.
En orden descendente, Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, Durango y Zacatecas, parecen ser las entidades en las que se avizoran mayores problemas, y donde es muy probable que las elecciones se vayan a los tribunales. En el primero de ellos es donde, sin embargo, han llevado las cosas mucho más lejos al hablarse abiertamente de la participación, injerencia e imposición de candidaturas por parte de los cárteles que operan en el territorio tamaulipeco, lo que no deja de resultar preocupante.

Con el sello de la casa
En Veracruz, el duelo entre los Yunes ha sido llevado también a niveles de confrontación abierta entre los seguidores de los candidatos panista y priista. En Durango, donde ya se sabe que opera toda la estructura del Gobierno del Estado –como ocurrió hace tres años, para garantizar las alcaldías de los principales municipios-, se viene preparando además una campaña para infundir miedo, temor, inseguridad entre la ciudadanía para inhibir la participación ciudadana el día de las elecciones.
Temerosa e irresponsablemente el secretario de Seguridad Pública de la entidad, ha dicho que el estado está en alerta ante la presencia de grupos de choque que buscan desestabilizar la elección. Ni el árbitro electoral como tampoco en el Ejército Mexicano, tienen detectada la presencia de gente extraña, ni movimientos fuera de lo normal en un estado en plena ebullición por las campañas electorales. Más bien huele a querer asustar a la gente para que no salga a votar, y a que se están curando en salud para poder amedrentar, agredir y hostigar a los militantes de la oposición con toda la fuerza del estado. No es de extrañar, porque ese es el sello de la actual administración estatal.
Con qué ojos…
En su columna de este lunes, el periodista Ciro Gómez Leyva considera una equivocación de Manlio Fabio Beltrones haberle puesto número a la casa e insistir en la cifra de triunfo en nueve de los 12 estados, que tiene más que ver con que ese es el número de entidades en las que el PRI gobierna de las 12 que estarán en juego.
Gómez Leyva sostiene que ganar en ocho estados sería un resultado más que satisfactorio dadas las circunstancias, y que al no llegar a la cifra prometida por el dirigente nacional del PRI, eso le podría significar su salida en la carrera rumbo a la candidatura tricolor para la elección presidencial de 2018, y lo equipara a lo que en su momento le ocurrió a Rosario Robles cuando fue dirigente nacional del PRD, y a Germán Martínez, mandamás del PAN en su momento, quienes al no alcanzar el techo numérico que ellos mismos se habían marcado, tuvieron que dejar sus respectivos.
En fin, que para como se vienen presentando las cosas en los estados en los que se renuevan las gubernaturas, muchos comienzan a dudar que Beltrones pueda llegar a la meta que él solito se impuso. Durango no era de los estados que estaban en riesgo, pero ellos mismos lo inscribieron al imponer una candidatura que conforme se acerca el día de la elección, genera mayor irritación entre los electores ya no sólo de La Laguna, sino de todo el estado, y sobre todo de la zona de la capital del Estado.
¿A un baile?
El traslado del Chapo Guzmán durante el pasado fin de semana a un penal federal en Ciudad Juárez ha servido para que se le dé cualquier número de interpretaciones: que porque se registró un apagón en el Altiplano; que porque ya estaba preparando una nueva fuga lo que sería la muerte para la administración de Peña Nieto; que porque lo están acercando a la frontera para en el momento menos pensado deportarlo a Estados Unidos.
En fin, que muchos dicen que lo llevaron a un baile; otros que lo fueron a meter a uno de los centros penitenciarios peor calificados, con mayor nivel de hacinamiento y las más bajas condiciones de seguridad para custodios e internos; y otros tantos mal pensados consideran si le están facilitando las cosas para que se evada nuevamente de la justicia.
Un cosa sí es segura: sí lo mandaron a Chihuahua; a qué, sólo ellos saben si a un baile a o qué otra cosa.

laotraplana@gmail.com
@JulianParraIba