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El salto de la liebre

Julián Parra Ibarra

Hace seis años en el CEN del PAN no le tuvieron la suficiente confianza a la elección y a su candidato en Durango, José Rosas Aispuro Torres. Le pusieron toda la atención y la carne en el asador en otras entidades como Puebla, Sinaloa y Oaxaca, y al parecer no se dieron cuenta de las posibilidades reales que tenían hasta el día de las elecciones en que los resultados se mostraron tan cerrados, que el proceso se tuvo qué judicializar, y la decisión final del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se emitió apenas tres días antes de la toma de posesión del gobernador electo.

Con todo y que al final con un fallo muy cuestionable -porque existían los elementos suficientes como para anular la elección-, los panistas en Durango conservaban las esperanzas de que se lograra algo ‘en la mesa’; la dirigencia nacional blanquiazul le siguió apostando todo a asegurar los triunfos que se avizoraban en Puebla con Rafael Moreno Valle, en Sinaloa con Mario López Valdez y en Oaxaca con Gabino Cué a través de una Coalición con el PRD. Llegó un momento en que del centro llegó la indicación de que ya ‘no le movieran’ porque Durango formaba parte de la negociación para que no les ‘tumbaran’ los resultados de los tres Estados mencionados.
Al final un 1.8 por ciento de diferencia, separó al abanderado panista de la victoria.
Seis años más tarde, en el CEN panista midieron sus posibilidades y se dieron cuenta que no tendrán problema para retener Puebla, y poco o nada pueden hacer en Sinaloa y Oaxaca para conservar esas gubernaturas, pero en cambio se les han abierto las posibilidades en Chihuahua, Veracruz y Durango, en esto último sobre todo a partir de la imposición del candidato del (todavía) Gobernador, Jorge Herrera Caldera, en contra de la decisión de los duranguenses que apoyaban la candidatura natural de Leticia Herrera Ale.
En Durango, las cosas habían transcurrido casi en igualdad de condiciones para los dos principales –y los únicos con posibilidades reales- candidatos a la gubernatura, a pesar de los enormes esfuerzos realizados para poder posicionar la imagen de Esteban Villegas Villarreal sobre todo en la zona de La Laguna. Para alcanzar el propósito, se tuvo que echar mano del apoyo de la familia Herrera, primero con Don Carlos –antes de que falleciera- y con Leticia Herrera después de la partida del patriarca de los Herrera.
Los números indican que se tiene perdida la elección en la zona de la capital del Estado, mientras que –gracias, otra vez, al apoyo de la familia Herrera-, en La Laguna se definiría una vez más la elección y el eventual triunfo del candidato priista.
Sin embargo dos hechos marcaron esta última que ha sido considerada como una verdadera ‘semana negra’ para Esteban Villegas: una ‘irrupción’ que hizo al foro del Canal 12 cuando se realizaba en el noticiero del mediodía conducido por Hebert García, interrumpiendo una entrevista que se realizaba a su adversario José Rosas Aispuro lo que, dicen desde dentro de su equipo de campaña, le habría hecho perder al menos cinco puntos en las preferencias electorales. El otro, un audio circulado en las redes, donde se refiere despectivamente tanto a los empresarios laguneros que conforman la organización Fomec, como al director general de Industrias Peñoles, Fernando Alanís.
Con sus propias acciones y palabras, Villegas se ha encargado de tirar por la borda el trabajo realizado en La Laguna para meterlo en el ánimo de la gente, y a 15 días del día de la elección, parece ser que donde menos se lo esperaban, va a terminar por dar el salto la liebre.
¿Experimentará Durango por primera ocasión este 5 de junio, la alternancia?
Parece que ese escenario está mucho más cerca de lo que pareciera. La alternancia en Durango se ve como la leyenda de los espejos retrovisores: Cuidado, las imágenes en el espejo, están mucho más cerca de lo que parecen. Al tiempo.