JOSÉ VEGA BAUTISTA.
Actualmente México continúa resintiendo las consecuencias del fenómeno de la pandemia del COVID-19, al igual que en los demás países, se ha generado una gran incertidumbre entre el pueblo y su gobierno, al estar enfrentando una situación no vista y menos vivida en la etapa moderna del país.
La reacción del gobierno federal, al no tener experiencia en lidiar con un hecho nuevo y de tal magnitud, ha sido variada y a veces contradictoria. Como ejemplo: aunque la Secretaría de Salud mexicana recomendó, desde el 28 de febrero, no abrazarse ni saludarse con un beso o con la mano, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se resistía a suprimir una práctica que se ha convertido en una de sus señas de identidad a la hora de interactuar con la población, y siguió por algún tiempo abrazando y besando gente.
Así también, en otros temas, la actuación del gobierno de México fue puesta en entredicho por quienes creen que deberían haberse aplicado antes medidas más drásticas para frenar la expansión del virus, como restringir el ingreso de viajeros de países con alto número de casos.
En el plano económico, representantes de la iniciativa privada han externado su preocupación, ya que el presidente no ha hablado de apoyo concreto a sectores productivos, como lo son PyMES y microempresas que, dicen ellos, son las que generan empleo, en tanto que la obra pública sólo lo hace de manera temporal, además de que requiere de gasto del erario.
Y se ha cuestionado la estrategia gubernamental argumentando también que la obra publica no compensará los empleos perdidos, que sólo el gobierno seguirá gastando; y que de no haber apoyo directo con financiamiento no habrá modo de que se pueda salvar a ninguna empresa.
Además, dentro del tema sustantivo de la tragedia, tanto el presidente López Obrador como el secretario de salud, Jorge Alcocer Varela, han dicho en varios momentos, que al asumir el gobierno, se encontraron con irregularidades en la compra de medicamentos, hospitales abandonados y muerte de personas por problemas en los servicios sanitarios.
Un problema que en la actual pandemia de coronavirus ha hecho más difícil atender la emergencia, de acuerdo por lo expresado por el presidente.
Ante tal panorama, el gobierno, los partidos políticos, la iniciativa privada y los medios, tanto tradicionales como redes sociales, le han dedicado tiempo y esfuerzo al debate y discusión sobre el tema, unos a favor de la estrategia del gobierno, otros en contra, los más de buena voluntad y tratando de aportar algo a la solución de la actual problemática.
Sin embargo, para mi humilde parecer, existe un tema que ha quedado fuera de la platica y la preocupación del gobierno y de la sociedad civil: los migrantes.
De acuerdo con la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, algunas medidas adoptadas por los gobiernos de Centroamérica y México para contener y prevenir la propagación de la pandemia de coronavirus están afectando desproporcionadamente a los migrantes, refugiados y desplazados en la región,
Los cierres de fronteras han provocado que numerosas personas, entre ellas niños y adultos mayores, se hayan quedado atrapadas en lugares fronterizos.
“Estas personas permanecen en campamentos improvisados, en situación de calle, en comunidades o centros de acogida, en los que no siempre se han implementado los protocolos sanitarios para protegerlas, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud”.
De igual forma, la Oficina que dirige Michelle Bachelet ha documentado la presencia de personas migrantes centroamericanas que fueron llevadas hasta la frontera entre México y Guatemala, que permanece cerrada, y enfrentan dificultades para llegar por la vía regular a su país de origen.
Además, explica la Oficina, las personas que están en movimiento, como los refugiados, los migrantes, los desplazados, apátridas y solicitantes de asilo, entre otros, son particularmente vulnerables a actitudes y comportamientos que las estigmatizan y discriminan y éstas se ven fomentadas por las narrativas que les asocian con la propagación de la COVID-19.
Como recomendación, la Oficina afirma que se debería considerar la posibilidad de suspender temporalmente los retornos forzados a la región durante la pandemia; establecer mecanismos para la regularización de personas y garantizar su pleno acceso a las medidas de protección y atención oportuna en salud.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia