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A LA BÁSCULA

Qué sigue

Julián Parra Ibarra

Finalmente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cumplió su promesa de expulsar de sus filas a Humberto Moreira Valdés, ex gobernador de Coahuila y ex presidente nacional del tricolor, por haber aceptado la candidatura por otro partido. El Partido Joven lo postuló para una diputación por la vía plurinominal para las elecciones del 4 de junio próximo.

¿Es un hecho que Humberto Moreira sea integrante de la próxima legislatura en Coahuila? No. Para que ello suceda, el Partido Joven deberá conseguir una votación mínima de 3 por ciento lo que le permitiría además de conservar el registro y con ello mantener las prerrogativas, tener derecho a diputaciones por el principio de Representación Proporcional. Si no lo consigue, pierde el registro y se queda sin curules ‘pluris’.

En su momento, el ex mandatario coahuilense acusó a su ahora ex partido y a su presidente nacional, Enrique Ochoa Reza, de haberle cerrado la puerta para buscar la candidatura por el PRI, y desde el momento mismo que anunció que participaría por el Partido Joven, el tricolor anunció que de aceptar esa candidatura, Humberto sería expulsado del PRI.

El revire fue inmediato y contundente: prometió –o amenazó-, que si el PRI lo expulsaba, él expulsaría al PRI de Coahuila. El PRI ya cumplió con lo prometido, falta ver cómo y de qué manera Humberto cumple la suya.

El Partido Joven que ahora representa Moreira Valdés, lleva como candidato común a la gubernatura a Miguel Ángel Riquelme Solís, candidato del PRI y que encabeza la coalición ‘Por un Coahuila seguro’ ¿Le mantendrá el apoyo o a partir de este momento le jugará a las contras? Y a partir de este momento ¿cuál será el trato que le dispensará el PRI a su ex líder nacional, si hasta su fotografía retiraron de la galería en la que en la sede nacional aparecen todos los expresidentes?

Este hecho, el de retirar su fotografía debe contener un mensaje especial que habrá que saber descifrar, para tener una idea cierta de qué es lo que sigue.

De antemano Humberto Moreira ya quemó naves con su ahora ex partido, y si este 4 de junio el Partido Joven no alcanza el 3 por ciento de la votación, se quedaría ‘sin juan y sin las gallinas’. Si lo logra obtendrá una curul y el fuero que necesitará para enfrentarse a los tiburones, pero si no, se quedará colgado de la brocha.

Recientemente el ex mandatario coahuilense ha abierto varios frentes que a botepronto parecen ser muy peligrosos: retando a su ahora ex partido –y con ello al ‘primer priista del país- de expulsarlo de Coahuila, con el ex presidente Felipe Calderón al que no ha bajado de borracho, traidor a la patria y ladrón –por haberse robado las elecciones en las que el panista llegó a la presidencia de la República-, y aún a nivel local en contra del actual gobernador, a quien ha venido defenestrando en distintos momentos.

¿Era necesaria una actitud tan belicosa y agresiva para volver a la escena pública? ¿Era una conducta de esta naturaleza la moneda de cambio adecuada para negociar alguna posición en el gobierno o una candidatura como la que ahora persigue bajo las siglas del Partido Joven?

¿Qué pasará si con la posición fijada a través de spots, en videos y mensajes a través de las redes sociales hiciera su aportación y su partido llegara a perder la gubernatura del Estado? ¿Cuál sería la respuesta de su ex partido si eso llegara a suceder?

En el aire queda la primera pregunta ¿Qué sigue después de la expulsión de Humberto Moreira, del PRI? ¿Ahí parará todo? ¿El ex gobernador coahuilense se quedará callado y cruzado de brazos, no habrá ninguna reacción de su parte? ¿El PRI se daría por bien servido con su sola expulsión, o vendrán otras reacciones dependiendo de la que tenga el ex gobernador de Coahuila o dependiendo del resultado de las elecciones?

Al menos a bote pronto, esto presagia barruntos de tormenta que podrían terminar por meterle mucho más ruido a una campaña que de por sí está rodeada de un ambiente enrarecido por muchísimas circunstancias. Conociendo a los protagonistas, no parece que esto vaya a terminar aquí y, por el contrario, más bien esto apenas comienza, y lo que sí es un hecho, es que después su expulsión y el retiro de su fotografía, seguro es que el PRI le

pondrá una lupa encima a Humberto Moreira para vigilar cada uno de sus movimientos, de sus palabras, de sus posicionamientos.

Estaremos al pendiente, a ver qué sigue.