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A LA BÁSCULA

Dividen a la sociedad

Julián Parra Ibarra

Desde mediados del año pasado y debido a las muestras que nos empezaron dar por uno y otro lado, en este mismo espacio mencionamos que en la campaña electoral que está en puerta, los contendientes, partidos políticos y militantes se iban a llevar fuertecito, y aunque las campañas constitucionales todavía no comienzan, de uno y otro lado ya se ‘mostraron los fierros’ que habrán de utilizar en las campañas.

Por diversas razones la del 4 de junio es una campaña diferente a todas las anteriores que se han realizado en Coahuila. De por sí los especialistas dicen que cada campaña es diferente y por tanto el diseño y estrategia se tiene que ‘personalizar’ para la elección en la que se va a participar. Pero ésta será más diferente a todas las que le han antecedido.

Por primera ocasión aparecen en la elección la figura de los candidatos Independientes, es la primera vez que deja de existir el trasvase de votos, por lo que varios de los partidos ‘morralla’ se juegan literalmente su futuro este 4 de junio así vayan coaligados o aliados con los partidos que quieran, y lo más seguro es que perderán su registro; es la primera ocasión en que una elección a la gubernatura va acompañada por candidatos a las alcaldías por un año; y, entre otras cosas, es la primera vez que prácticamente la elección de la gubernatura será entre puros laguneros.

En ‘El arte de la guerra electoral’ –libro en el que hace seis años le dedicaron un capítulo completo al entonces candidato, Rubén Moreira Valdez-, los consultores José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun, al hablar de las campañas que puede ser de denuncia o de franca guerra sucia, nos dicen que “(…) Hay campañas que por su tono dividen irremediablemente a una sociedad, y no solo eso, también dañan a la democracia electoral como un sistema de procedimientos para tomar las decisiones de grandes colectivos”.

¿Qué tipo de campaña es la que los coahuilenses esperamos –pero más que esperar, la que nos merecemos- de parte de los partidos y los candidatos a los diferentes puestos que estarán en juego en la elección del 4 de junio,

justamente para que la nuestra no resulte después de esa fecha, dividida irremediablemente?

Los mismos autores escriben un poco más adelante –y el libro se publicó hace seis años- que los ciudadanos “no sólo están desinteresados, sino profundamente hartos de la política y sus políticos; de las confrontaciones y los pleitos de sus representantes; de los hábitos y las costumbres de las instituciones del Estado, cuyos índices de aprobación como ocurre en el caso de los congresos, están muy por debajo de lo deseado”.

¿Usted cree que después de todas las transformaciones que ha sufrido el país en el último sexenio, los coahuilenses estén desinteresados en participar en la elección de sus autoridades para los próximos seis años en el caso de la gubernatura, tres en el de los diputados, y de uno en las alcaldías de los 38 municipios?

Quizá hoy más que nunca en la historia, hay un gran interés de parte de los ciudadanos, de participar, ir a las urnas y decidir ellos mismos con el poder de su voto a los próximos gobernantes, y sobre todo terminar de definir el sentido de su voto en función del tipo de campaña que nos ofrezcan partidos y candidatos.

¿Será la de este año una campaña como dicen los autores de ‘El arte de la guerra electoral’, de denuncia o de franca guerra sucia? ¿Partidos y candidatos esperan y creen que los electores aceptaran y les permitirán todo lo que les quieran arrojar durante la campaña?

De un lado dicen que los de enfrente no tienen más que ofrecer que el argumento de la megadeuda que dicen que ya está muy gastado, como si ésta ya estuviera pagada; pero por otro lado dicen que no hay qué permitir que familiares del narco o la delincuencia organizada regresen ‘vestidos de azul o de naranja’. Cada quien sus estrategias e intereses pero ¿Este tema no está gastado, sí está vigente? Cada quien trae sus banderas y sus fierros para la pelea.

Lo que sí es que como ciudadanos no debemos permitir que la que es considerada ‘la madre de todas las elecciones’ en Coahuila, por aquello de que será la más cerrada en toda la historia, vaya a dividirnos más como

sociedad. No consumamos todo lo que nos arrojen partidos y candidatos; si es basura, si es semilla de odio o rencor rechacémoslas. Si los partidos y los candidatos quieren pelear y terminar divididos, ese es su boleto. Nosotros como sociedad debemos mantenernos unidos, porque al final entre partidos hay acuerdos cupulares, pero los problemas que una campaña de odio puede generar entre los coahuilenses, esos sí nos alcanzan a todos. No lo permitamos, por favor.