La Comarca Lagunera es una región única en el país en muchos sentidos. De las zonas metropolitanas más importantes del país –con la excepción de la que ahora le llaman la Megalópolis, donde están integrados la Ciudad de México y los estados de México, Puebla y Morelos-, es la única cuya composición está integrada por municipios de dos estados -entre los que hay por cierto una enorme brecha en su desarrollo y crecimiento tanto económico como social y en muchos rubros más-.
Es una de las regiones más jóvenes del país, que ha tenido un crecimiento y proyección económica tal que la ubican –como un todo, como la Comarca Lagunera-, como una de las de mayor empuje, crecimiento y desarrollo.
Desgraciadamente fue también una de las más golpeadas por la violencia de los grupos antagónicos de la delincuencia organizada, que se disputaron ferozmente el control de la plaza, justamente por tener una de las cualidades más importantes y que fue la que detonó ese vertiginoso crecimiento en apenas poco más de un siglo de existencia: su envidiable ubicación geográfica, que le permite conectar de ida y vuelta el centro del país con las fronteras de Ciudad Juárez por el lado de Chihuahua, y Piedras Negras y Ciudad Acuña por el de Coahuila; así como conectar el Pacífico con el Atlántico. Es un cruce vitalísimo de caminos para el traslado de personas y mercancías.
Como auténticos toros de lidia, los laguneros históricamente se han crecido ante el castigo, ante los fieros rejones, ante las adversidades; hicieron prosperar una región pujante y dinámica en medio del desierto, y la violencia no fue sino otro rejón más, clavado en la espalda de la gente de esta tierra, que no ha tenido tiempo para el descanso ni las lamentaciones para iniciar lo más pronto la reconstrucción de sus ciudades, la reconquista de las calles, las plazas y los espacios públicos que le habían sido arrebatadas a base de balas, sangre y muerte. No debemos cantar victoria, pero en este nuevo reto se ha logrado un avance importantísimo.
Recientemente una persona me preguntó ¿Eres de La Laguna? Así es, le respondí; y me volvió a cuestionar: ¿De La Laguna de Coahuila o de la de Durango?
Aquí no hay dos Lagunas, La Laguna es una, única e indivisible, por mucho que históricamente los políticos hayan hecho todo lo posible por marcar una división. La frase antigua de que Coahuila y Durango estaban divididos por el Río Nazas puede ser una de las más ejemplificadoras de lo que menciono. A los laguneros, a la gente de común y corriente, a la de a pie, que todos los días sale a la calle a estudiar o a trabajar, a ser productiva, y que diariamente cruza los puentes para ir o venir de un lado a otro del lecho seco, la frase que nos parece más adecuada es que el Río Nazas no divide, sino que une a los laguneros. Hay una división política, no entre la gente de esta región.
Quizá para poder alcanzar una consolidación como un polo de desarrollo a nivel nacional, haga falta eso, que los políticos logren asimilar, entender y digerir que La Laguna es una región ‘sui generis’ y como tal debe ser tratada. Se deben unificar criterios para los habitantes de una región que piensan, sienten, hablan y se proyectan como habitantes de una misma Comarca, aquí lo que pasa de un lado del Nazas afecta al otro y viceversa.
Por eso fracasaron los intentos de colocar en los puentes principales entre Torreón y Gómez Palacio, las leyendas aquellas de ‘Ni modo, aquí termina Coahuila’ y ‘Por fin llegué a Coahuila’. Aquí se rechazaron, y la exigencia fue que el primero de los letreros colocados en el puente de la Ramos Arizpe se retirara de inmediato, y en el de la Múzquiz ni siquiera se alcanzara a colocar
Con el más reciente proyecto anunciado del Metrobús que Durango rechazó a pesar de ser un acuerdo adquirido al cobijo del Fondo Metropolitano, ojalá que sea acogido por las autoridades que se eligen este 5 de junio, porque el proyecto ya está en marcha del lado de Coahuila, donde las autoridades no se han detenido en el progreso porque los políticos vecinos se resisten a éste.
No queremos más puentes plateados de un lado y anaranjado del otro; con luces led la mitad y la otra a oscuras ¿Costará mucho trabajo a nuestros políticos entender que La Laguna es una, única y para los laguneros, indivisible?
Que venga el Metrobús y todos los proyectos metropolitanos que puedan potenciar el desarrollo de la región, para que se crezca al parejo de los dos lados del Nazas. Porque de pronto nos crece mucho más una pierna que la otra, no hay un crecimiento armónico, y eso no es normal, como tampoco lo es que los políticos entorpezcan y obstruyan el desarrollo de la región.
