A LA BÁSCULA
Ganancia de pescadores
Por Julián Parra Ibarra
El tema de la iniciativa preferencial promovida por el presidente Felipe Calderón en materia de la Reforma Laboral se ha convertido en un río agitado en el que, dice el refrán popular, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Cada quien está tratando de empujar, de impulsar, de promover, la parte de la Ley que le conviene, y patrocinan o auspician movimientos para tratar de frenar la parte que no les conviene. El tema tiene muchas aristas, pero una de ellas la podemos ejemplificar aquí en nuestra entidad, en Ciudad Acuña, donde un grupo de empresas han estado alentando y patrocinando una serie de movilizaciones callejeras, en aras de protestar contra la creación de sindicatos.
Según los dirigentes del sector en esa región del estado, la industria maquiladora genera poco más de 42 mil empleos en 45 empresas situadas en el “bello puerto fronterizo” (Dixit, Clemente Mancillas), mismas que se dice que generan una derrama económica mensual de entre 13 y 14 millones de dólares en sueldos y salarios, además de otros tantos millones, casi 30 dicen, en pesos mexicanos por el pago de cuotas de seguridad social y cosas de ese tipo.
Los trabajadores, como suele suceder en muchos otros escenarios, al parecer son obligados a que acudan a manifestarse en contra de la creación de los sindicatos, y quien no asista, simple y sencillamente se quedará sin empleo y además ‘fichado’ en ninguna otra empresa de la región se pueda contratar.
Hay un grupo de empresarios maquiladores (¿oiga que no el principal empresario maquilador en Ciudad Acuña es un ex senador que acaba de dejar su curúl? Es pregunta, nadamás), que están tratando de desestabilizar al menos esa parte del estado, vía el golpeteo al líder obrero Tereso Medina, pero en realidad a quien le están pegando con tubo es a la estabilidad del Estado.
La Reforma Laboral que se discute en la Cámara de Diputados y que en primera instancia fue aprobada en lo general en Comisión, incluye una serie de puntos que al vuelo resultan amenazantes de algunos derechos fundamentales de los trabajadores.
Si con sindicatos todo parece que indicar que les va a suceder como en la fila de los camiones: “el de atrás paga”, y resulta que los de atrás son los obreros, los trabajadores, al final los más desprotegidos; se imagina sin un ente aglutinador o agrupador de los obreros.
La iniciativa prevé, por ejemplo, la posibilidad de que las empresas puedan contratar por horas a los trabajadores, con un pago de poco más de siete pesos por cada una de ellas. Esto es, que alguien que hoy gana cerca de 60 pesos de salario mínimo diario, podría ser contratado por solamente tres horas, por lo que su ingreso podría quedar en los 21 ó 22 pesos al día.
Otra es el llamado outsorcing que ya opera en muchas empresas de manera irregular y que no es otra cosa que la subcontratación del personal con terceras, para que las grandes empresas no adquieran compromisos laborales, de antigüedad, de seguridad social ni nada por el estilo.
Un ejemplo muy claro son las empresas de seguridad empresarial y de servicios de mantenimiento y limpieza que contratan las grandes empresas para que les den servicio sin adquirir compromisos contractuales. Y las grandes maquiladoras son los mejores ejemplos en los que podemos ver este ‘estilo’ de trabajo.
Detrás de todo esto, hay una mano que está meciendo la cuna y que lleva un doble y claro objetivo: primero, revolver las aguas en aras de generar una desestabilización del ambiente laboral, lo que atenta directamente contra el Municipio y el Estado, porque de la estabilidad laboral depende mucho que lleguen nuevas y mejores inversiones, en momentos en que las fuentes laborales son indispensabilísimas en la búsqueda de la paz social que se ha visto rota con la irrupción de los grupos del crimen organizado.
Y dos, aprovechar las aguas revueltas para llenar sus redes de peces, y esto traducido en términos reales, significa que al evitar que los obreros, los trabajadores se organicen y tengan representaciones que les defiendan sus derechos laborales, los pueden pisotear, manipular, explotar y llevarlos a los límites del trabajo de esclavos.
La excusa para sacar a sus trabajadores a las calles como una apariencia de ‘demanda legítima’ a no sindicalizarse, es el emplazamiento a huelga a 37 de las 45 empresas maquiladoras que operan en la región, por parte del líder cetemista en el estado, Tereso Medina, ante la Junta Federal de Conciliación.
Ya habrá oportunidad de que usted y yo conversemos en torno la oposición de los sindicatos -sobre todo los grandes sindicatos dependientes del gobierno federal, como los maestros, los electricistas, los petroleros entre otros-, a la democratización y transparencia de las organizaciones sindicales, porque también en ese punto los líderes obreros quieren seguir ‘mamando’ de la ubre de las cuotas de los trabajadores sin rendirle cuentas a nadie.
Pero ese será tema, como le digo, de una posterior conversación que sostendremos usted y yo.
Por lo pronto, habrá que estar atentos a lo que suceda en Ciudad Acuña donde los trabajadores han anunciado que saldrán a las calles, pero uno se pregunta ¿por voluntad propia?
Permítame que lo dude. Más bien creo que son obligados por los maquiladores so pena de despedirlos si no se suman a las manifestaciones.
Porque sin quien se les oponga, les permitirá seguir explotando a los trabajadores, esclavizándolos con jornadas de muerte y sueldos de hambre; porque sin quien los vigile pueden seguirles regateando las prestaciones a sus trabajadores. Y esto no es de amigos. No es de amistad querer seguir siendo explotadores y mientras tanto, provocar desestabilización laboral y social. En Acuña, y en Coahuila.
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